El uso alimentario de los vegetales marinos data de 10.000 años atrás, en Oriente,
especialmente en Japón donde las algas llegar a constituir el 25% de la dieta.
Bajo la influencia de las dietas macrobióticas se ha valorizado mucho el consumo de
algas en Occidente. México no ha sido ajeno a este movimiento y desde 1979 se
están llevando a cabo experiencias pioneras en Ensenada, BC, donde además de las
algas japonesas se ofrecen otras locales que no solo las substituyen sino que han
enriquecido el acervo mundial.
Botánicamente hablando, las algas siguen sus ciclos sin necesidad de siembras,
transplantes, abonos, riegos, ni tratamientos con pesticidas. Además, poseen
clorofila y son capaces de producir su propio alimento mediante la fotosíntesis
necesitando de luz solar para desarrollarse. Cualidad que permite su clasificación de
acuerdo a su color, el cual depende de la profundidad del mar en la que vive o lo que
es lo mismo, las radiaciones luminosas que recibe.
Hoy en día se conocen más de 24.000 especies de algas, de las cuales sólo un
reducido número se utilizan para la alimentación humana o con fines medicinales.
Estas saludables verduras de agua marina poseen diversas sustancias colorantes
que captan la energía luminosa y la aprovechan, lo que hace que las algas no sean
sólo un importante alimento para nuestro metabolismo físico y energético, es decir,
al igual que la verdura fresca que ha crecido de forma natural y madurada al sol,
son ricas en energía solar.
Algunas algas también almacenan energía luminosa (biofotones) que se transmiten a las células expresándose mediante una sensación de vitalidad y bienestar.
Propiedades dietéticas de las algas:
encontrar dentro de botanas, tostadas y totopos.
especialmente en Japón donde las algas llegar a constituir el 25% de la dieta.
Bajo la influencia de las dietas macrobióticas se ha valorizado mucho el consumo de
algas en Occidente. México no ha sido ajeno a este movimiento y desde 1979 se
están llevando a cabo experiencias pioneras en Ensenada, BC, donde además de las
algas japonesas se ofrecen otras locales que no solo las substituyen sino que han
enriquecido el acervo mundial.
Botánicamente hablando, las algas siguen sus ciclos sin necesidad de siembras,
transplantes, abonos, riegos, ni tratamientos con pesticidas. Además, poseen
clorofila y son capaces de producir su propio alimento mediante la fotosíntesis
necesitando de luz solar para desarrollarse. Cualidad que permite su clasificación de
acuerdo a su color, el cual depende de la profundidad del mar en la que vive o lo que
es lo mismo, las radiaciones luminosas que recibe.
Hoy en día se conocen más de 24.000 especies de algas, de las cuales sólo un
reducido número se utilizan para la alimentación humana o con fines medicinales.
Estas saludables verduras de agua marina poseen diversas sustancias colorantes
que captan la energía luminosa y la aprovechan, lo que hace que las algas no sean
sólo un importante alimento para nuestro metabolismo físico y energético, es decir,
al igual que la verdura fresca que ha crecido de forma natural y madurada al sol,
son ricas en energía solar.
Algunas algas también almacenan energía luminosa (biofotones) que se transmiten a las células expresándose mediante una sensación de vitalidad y bienestar.
Propiedades dietéticas de las algas:
- Las algas son las verduras con más alto contenido en sales minerales y oligoelementos.
- Son ricas en yodo, hierro (100 gr. de algas nos dan 2 veces más hierro que 100 gr de lentejas), cobalto, magnesio, calcio, fósforo y potasio.
- Con 100 gr de alga Hiziki aportamos 1,400 mg de calcio ante los 100 mg que aporta la leche.
- Con 1 gr diario de alga Kombu o Arame obtenemos el aporte suficiente de yodo para garantizar el equilibrio de las glándulas endocrinas.
- Oligoelementos como el zinc -necesario para la correcta secreción y asimilación de la insulina-, el hierro y el cobalto -encargados de evitar la anemia-, o el silicio y el calcio -imprescindibles para fortificar los huesos, uñas, piel y cabello-, se encuentran presentes en las algas.
- Una cucharada sopera diaria de algas abastece al organismo de todos los minerales y oligoelementos esenciales indispensables para un correcto metabolismo celular.
- La riqueza en clorofila de las algas (las más ricas son las verde-azules de agua dulce como espirulina) activa las enzimas del cuerpo que intervienen en la asimilación de nutrientes para transformarlos en energía; ayuda a purificar la sangre e incrementar la formación de hemoglobina, evita la contracción de los vasos sanguíneos y aumenta el rendimiento muscular y nervioso.
encontrar dentro de botanas, tostadas y totopos.